GOTA, GOTI Y GOTÓN
Gota, Goti y Gotón son tres gotas de agua que durante miles de años habían estado congeladas formando con otras muchas amigas un gran iceberg. Un iceberg es una gran montaña de hielo que se encuentra en el Polo Norte.

Pero un día, sin saber porqué las tres amigas comenzaron a soltarse.

Pero un día, sin saber porqué las tres amigas comenzaron a soltarse.
- ¿Qué está pasando? ¡me derrito! - dijo Gota.
- ¡¡Nos derretimos todas!! - gritó Goti.
- ¡Oh no! El iceberg está desaparecido, nos hundimos en el océano.- decía Gotón lloriqueando.
En el Polo Norte hace mucho frío, por eso el agua forma grandes montañas de hielo llamadas iceberg, pero ahora ya no hace tanto frío, por eso las montañas de hielo se derriten y se convierten en agua líquida.
- Tengo una idea -gritó Gota- no os separéis o estaremos perdidas, agarraos bien que vamos a caer en el océano.
Las tres amigas se agarraron muy fuerte y al instante cayeron al océano convertidas en agua líquida. Una gran corriente las empujaba hacia el gran océano azul...
Cuando la corriente se hizo más lenta, las tres amigas bajaron al fondo del océano. Allí encontraron a un pez muy viejecito y sabio, se acercaron a él y le preguntaron:
- Hola, ¿sabes por qué hemos llegado hasta aquí? Hace un momento éramos tres gotas congeladas en un iceberg y de repente nos hemos derretido y no sabemos porqué-
- Pequeñas, está ocurriendo algo terrible en nuestro planeta, todo está cambiando, vamos hacia la destrucción.
- ¡Ahh! ¡eso no puede ser! ¿Qué es lo que está pasando?
- ¡Seguidme! - dijo el pez sabio, y las llevó hacia un gran agujero - Mirar ahí abajo, ¿lo veis?
- ¿Qué es eso tan grande? -preguntó Gota.
- ¿Por qué está negro? -preguntó Goti.
- ¡Es un barco! Yo vi alguno cuando estábamos en el iceberg, y está negro porque lleva petróleo. El petróleo está contaminando el océano. -les explicó Gotón.
- ¡Exacto! Los peces que no se han muerto se han ido a otro lugar -dijo entristecido el pez sabio.
- Eso es algo horrible, pero ¿qué tiene que ver con nuestro problema?
- ¡Mucho! .dijo el pez sabio- Vuestro problema y nuestro problema es el mismo. La culpa de todo esto la tiene el Dr. Contaminación.
- ¡¡Aahh!! -gritaron las amigas- ¡El Dr. Contaminación existe! Creíamos que era un cuento para dar miedo.
- ¡¡Claro que existe!! y nos está haciendo mucho daño.
- ¡Hay que hacer algo! Pero, ¿qué podemos hacer?
- Solo os puedo decir que, para encontrar al Dr. Contaminación, tenéis que ir arriba, subir muy alto, tanto como podáis y luego dejar que os lleve el viento.
- Chicas, ¡ya habéis oído! Hay que subir arriba.
Las tres amigas nadaron hacia arriba, hasta llegar a la superficie. Allí comenzaron a sentir mucho calor y al poco tiempo comenzaron a elevarse...
- ¡Vuelo! -gritó Gota
- Qué diver! -exclamó Goti
- ¡Nos evaporamos! -dijo Gotón - El calor hace que nos transformemos en gas y podamos volar.

Las tres amigas, siempre juntas, comenzaron a subir hacia el cielo, llegaron a una nube donde había otras gotas descansando.
- ¡Hola chicas! ¡Bienvenidas a nuestra casa! ¿De dónde venís?
- Venimos de un iceberg del Polo Norte, no sabemos porqué nos derretimos y llegamos al océano, allí conocimos a un pez muy sabia que nos explicó que el Dr. Contaminación está destruyendo nuestro planeta y que él es el culpable de que nuestro iceberg se derrita. Nos dijo que subiéramos todo lo que pudiéramos para encontrarlo.
- Nosotras nunca le hemos visto, pero sí vemos lo que hace os lo podemos enseñar. Desde aquí arriba podemos verlo todo, os lo enseñaremos.
La nube se desplazó por encima del océano y llegó al Polo Norte. Allí pudieron ver cómo las grandes montañas de hielo desaparecían como había pasado con su iceberg.
- ¡Hace mucho calor! -dijo Gota- Por eso se derriten.
La nube subió muy, muy arriba, hasta llegar al fin del cielo. Al final del todo encontraron una capa muy gruesa de color azul.
- ¿Qué es eso? -preguntó Goti.
- Son gases de efecto invernadero que no dejan salir el calor del sol y lo vuelven a enviar a la tierra, por eso hace tanta calor y los hielos se derriten.
- Y esos gases, ¿de dónde salen? -preguntó Gotón.
- De los laboratorios del Dr. Contaminación.

Ahora la nube bajó hacia la Tierra y llegó a las costas.
- ¡Mirar! El agua ha llegado a las casas, al derretirse los hielos, ha crecido el mar y entra en la tierra.
La nube avanzó tierra adentro.
- ¡Allí! Hay un laboratorio. Mirad que humo negro sale de sus chimeneas, son los gases de efecto invernadero.
Las amigas en la nube continuaron recorriendo el planeta y pudieron ver ríos contaminados, peces muertos, grandes laboratorios, campos desérticos, bosques enteros talados, bosques quemados, vertederos, nubes negras contaminadas por partículas radiactivas y un sin fin de horrores.
- Un momento. Todo esto lo hacen los hombres. Ellos son el Dr. Contaminación, -dijo Gotón.
- Pero, ¿no se dan cuenta de lo que están haciendo? -pregunto Goti.
- ¡¡Tenemos que avisarles!! -gritó Gota.
Entonces la nube con las tres amigas bajó al océano. Allí dijeron a las tres gotas que tenían que ir hacia la costa. Había que echar fuera toda la contaminación del agua que pudieran. Así comenzaron a llegar a la costa infinidad de trastos, líquido contaminantes, petróleo y los pobres peces muertos. Luego viajaron al Polo Norte y hablaron con las gotas que se derretían.
- Viajad hasta la Tierra donde vive el hombre. El aumento de las aguas llegará a sus casas. Tenéis que inundar sus patios y jardines, para que se den cuenta de que el mar crece porque los polos se derriten. Más adelante, hablaron con el viente enfurecido por el calor.
- Tú también tienes que protestar. Ve donde vive el hombre y dile lo que sientes.
El viento comenzó a girar y a girar y formó huracanes que hicieron volar los tejados de las casas de los hombres. Después reunieron a las nubes negras.
- Tenéis que dejar caer las gotas contaminadas para que vean como está el cielo.
Y comenzó a llover, pero no era lluvia limpia. Era lluvia muy contaminante, que hacía mucho daño donde caía. Los hombres corrían a esconderse en sus casas, no podían creer lo que estaba pasando. El Planeta estaba llorando, se quejaba por todo el daño que le había hecho el hombre. A los pocos días de aquel infierno, los gobiernos de los países se reunieron y tomaron una decisión muy importante. ¡¡Había que salvar el Planeta!! Comenzaron a limpiar ríos, mares y océanos, se prohibió que los laboratorios que eran fábricas emitieran gases de efecto invernadero, ya no se talarían más bosques y se plantarían árboles nuevos, había que reciclar, no se podía producir tanta basura...
Gota, Goti y Gotón estaban contentas. Los hombres se habían dado cuenta del mal que estaban haciendo y habían empezado a remediarlo.
- Ahora, nube, llévanos al Polo Norte. Creo que es hora de continuar con nuestro ciclo, es hora de que caigamos con la lluvia y volvamos a nuestro iceberg. La nube llegó al Polo Norte y allí dejó caer en forma de lluvia a las tres amigas que, agarradas por las manos, cayeron en un iceberg y al instante se congelaron.
Los dos, Antoñito y Pepito se rieron de Adrián y su madre, que estaba disgustada de ver la actitud de los niños, se acercó a ellos.
- ¡Oye! No es un basurilla. Adrián está haciendo un trabajo muy importante para el planeta que es reciclar.
- ¿Reciclar? ¡Vaya tontería! Da igual que la basura esté tirada en el suelo.
- De eso nada. -Les dijo Adrián- Si todos contaminamos las calles como vosotros y nadie lleva la basura a sus contenedores, el mundo se volverá un sitio sucio, feo y que huele mal, se convertirá en un basurero enorme. ¿Tú quieres vivir en un basurero?
- Pues, no, ¡claro que no!
- Pues si no quieres que el mundo se vuelva un sitio apestoso y sucio, vas a tener que reciclar, llevar cada cosa a su lugar.
- Tienes razón. A mí no me gustaría que todo estuviese manchado y maloliente.
- Pues ayúdanos a reciclar, verás como es divertido.
Adrián, Antoñito, Pepito y la mamá de Adrián llegaron al contenedor todos juntos, y cada uno sacó del interior del bolso de su madre todos los objetos que había que reciclar. Así, Antoñito metió la bolsa de plástico al contenedor amarillo.
-¡Gracias, chicos!- Gritaba Plasticor, mientras caía al interior.
Pepito metió a Libritina al contenedor azul.
-¡Muchísimas gracias a todos!
Y Adrián tiró a Botellín al contenedor verde.
- Bueno, Botellin, espero que finalmente seas feliz cuando te reciclen y te conviertas en un bonito jarrón como te gustaría.
- ¡Ojalá! Pero esto solo sucederá si gente como tú está dispuesta a colaborar y nos ayuda a llegar a la meta. Así que gracias a todos y espero verte dentro de poco en algún mercado cuando sea por fin un bonito florero.
- ¡Adiós, Botellín! ¡Que seas feliz!
Y tiró a Botellín al interior del contenedor verde.
- ¡Oh no! El iceberg está desaparecido, nos hundimos en el océano.- decía Gotón lloriqueando.
En el Polo Norte hace mucho frío, por eso el agua forma grandes montañas de hielo llamadas iceberg, pero ahora ya no hace tanto frío, por eso las montañas de hielo se derriten y se convierten en agua líquida.
- Tengo una idea -gritó Gota- no os separéis o estaremos perdidas, agarraos bien que vamos a caer en el océano.
Las tres amigas se agarraron muy fuerte y al instante cayeron al océano convertidas en agua líquida. Una gran corriente las empujaba hacia el gran océano azul...
Cuando la corriente se hizo más lenta, las tres amigas bajaron al fondo del océano. Allí encontraron a un pez muy viejecito y sabio, se acercaron a él y le preguntaron:
- Hola, ¿sabes por qué hemos llegado hasta aquí? Hace un momento éramos tres gotas congeladas en un iceberg y de repente nos hemos derretido y no sabemos porqué-
- Pequeñas, está ocurriendo algo terrible en nuestro planeta, todo está cambiando, vamos hacia la destrucción.
- ¡Ahh! ¡eso no puede ser! ¿Qué es lo que está pasando?
- ¡Seguidme! - dijo el pez sabio, y las llevó hacia un gran agujero - Mirar ahí abajo, ¿lo veis?
- ¿Qué es eso tan grande? -preguntó Gota.
- ¿Por qué está negro? -preguntó Goti.
- ¡Es un barco! Yo vi alguno cuando estábamos en el iceberg, y está negro porque lleva petróleo. El petróleo está contaminando el océano. -les explicó Gotón.
- ¡Exacto! Los peces que no se han muerto se han ido a otro lugar -dijo entristecido el pez sabio.
- Eso es algo horrible, pero ¿qué tiene que ver con nuestro problema?
- ¡Mucho! .dijo el pez sabio- Vuestro problema y nuestro problema es el mismo. La culpa de todo esto la tiene el Dr. Contaminación.
- ¡¡Aahh!! -gritaron las amigas- ¡El Dr. Contaminación existe! Creíamos que era un cuento para dar miedo.
- ¡¡Claro que existe!! y nos está haciendo mucho daño.
- ¡Hay que hacer algo! Pero, ¿qué podemos hacer?
- Solo os puedo decir que, para encontrar al Dr. Contaminación, tenéis que ir arriba, subir muy alto, tanto como podáis y luego dejar que os lleve el viento.
- Chicas, ¡ya habéis oído! Hay que subir arriba.
Las tres amigas nadaron hacia arriba, hasta llegar a la superficie. Allí comenzaron a sentir mucho calor y al poco tiempo comenzaron a elevarse...
- ¡Vuelo! -gritó Gota
- Qué diver! -exclamó Goti
- ¡Nos evaporamos! -dijo Gotón - El calor hace que nos transformemos en gas y podamos volar.

Las tres amigas, siempre juntas, comenzaron a subir hacia el cielo, llegaron a una nube donde había otras gotas descansando.
- ¡Hola chicas! ¡Bienvenidas a nuestra casa! ¿De dónde venís?
- Venimos de un iceberg del Polo Norte, no sabemos porqué nos derretimos y llegamos al océano, allí conocimos a un pez muy sabia que nos explicó que el Dr. Contaminación está destruyendo nuestro planeta y que él es el culpable de que nuestro iceberg se derrita. Nos dijo que subiéramos todo lo que pudiéramos para encontrarlo.
- Nosotras nunca le hemos visto, pero sí vemos lo que hace os lo podemos enseñar. Desde aquí arriba podemos verlo todo, os lo enseñaremos.
La nube se desplazó por encima del océano y llegó al Polo Norte. Allí pudieron ver cómo las grandes montañas de hielo desaparecían como había pasado con su iceberg.
- ¡Hace mucho calor! -dijo Gota- Por eso se derriten.
La nube subió muy, muy arriba, hasta llegar al fin del cielo. Al final del todo encontraron una capa muy gruesa de color azul.
- ¿Qué es eso? -preguntó Goti.
- Son gases de efecto invernadero que no dejan salir el calor del sol y lo vuelven a enviar a la tierra, por eso hace tanta calor y los hielos se derriten.
- Y esos gases, ¿de dónde salen? -preguntó Gotón.
- De los laboratorios del Dr. Contaminación.

Ahora la nube bajó hacia la Tierra y llegó a las costas.
- ¡Mirar! El agua ha llegado a las casas, al derretirse los hielos, ha crecido el mar y entra en la tierra.
La nube avanzó tierra adentro.
- ¡Allí! Hay un laboratorio. Mirad que humo negro sale de sus chimeneas, son los gases de efecto invernadero.
Las amigas en la nube continuaron recorriendo el planeta y pudieron ver ríos contaminados, peces muertos, grandes laboratorios, campos desérticos, bosques enteros talados, bosques quemados, vertederos, nubes negras contaminadas por partículas radiactivas y un sin fin de horrores.
- Un momento. Todo esto lo hacen los hombres. Ellos son el Dr. Contaminación, -dijo Gotón.
- Pero, ¿no se dan cuenta de lo que están haciendo? -pregunto Goti.
- ¡¡Tenemos que avisarles!! -gritó Gota.
Entonces la nube con las tres amigas bajó al océano. Allí dijeron a las tres gotas que tenían que ir hacia la costa. Había que echar fuera toda la contaminación del agua que pudieran. Así comenzaron a llegar a la costa infinidad de trastos, líquido contaminantes, petróleo y los pobres peces muertos. Luego viajaron al Polo Norte y hablaron con las gotas que se derretían.
- Viajad hasta la Tierra donde vive el hombre. El aumento de las aguas llegará a sus casas. Tenéis que inundar sus patios y jardines, para que se den cuenta de que el mar crece porque los polos se derriten. Más adelante, hablaron con el viente enfurecido por el calor.
- Tú también tienes que protestar. Ve donde vive el hombre y dile lo que sientes.
El viento comenzó a girar y a girar y formó huracanes que hicieron volar los tejados de las casas de los hombres. Después reunieron a las nubes negras.
- Tenéis que dejar caer las gotas contaminadas para que vean como está el cielo.
Y comenzó a llover, pero no era lluvia limpia. Era lluvia muy contaminante, que hacía mucho daño donde caía. Los hombres corrían a esconderse en sus casas, no podían creer lo que estaba pasando. El Planeta estaba llorando, se quejaba por todo el daño que le había hecho el hombre. A los pocos días de aquel infierno, los gobiernos de los países se reunieron y tomaron una decisión muy importante. ¡¡Había que salvar el Planeta!! Comenzaron a limpiar ríos, mares y océanos, se prohibió que los laboratorios que eran fábricas emitieran gases de efecto invernadero, ya no se talarían más bosques y se plantarían árboles nuevos, había que reciclar, no se podía producir tanta basura...
Gota, Goti y Gotón estaban contentas. Los hombres se habían dado cuenta del mal que estaban haciendo y habían empezado a remediarlo.
- Ahora, nube, llévanos al Polo Norte. Creo que es hora de continuar con nuestro ciclo, es hora de que caigamos con la lluvia y volvamos a nuestro iceberg. La nube llegó al Polo Norte y allí dejó caer en forma de lluvia a las tres amigas que, agarradas por las manos, cayeron en un iceberg y al instante se congelaron.
Reciclaje, reciclaje
Un día, Adrián iba caminando por la calle junto a su madre cuando empezó a escuchar a alguien llorar. Miró dentro de un cubo y vio que había una botella llorando.
- Hola, botella ¿cómo te llamas? Y, ¿por qué lloras?
- Hola. Me llamo Botellín y lloro porque me han dejado aquí tirado en el suelo y ahora no me podré reciclar.
- Bueno, no llores Botellín, -dijeron Adrián y su madre- nosotros te ayudaremos a llegar donde tengas que ir para que puedas reciclarte.
- ¿Sí? -dijo Botellín muy alegre- No me lo puedo creer. ¡Qué bien! Menos mal que alguien me ayuda. Pues veréis, me tenéis que llevar a un contenedor que es mi casa.
- Y, ¿cómo es ese contenedor Botellín?
- Pues es verde y redondo y allí me recogerán para poder reciclarme y poder convertirme en un bonito jarrón o un fantástico vaso.
- Bueno, pues nada, se acabaron las lamentaciones- dijo la mamá de Adrián- métete aquí en mi bolso que te acercamos.
Botellín, de un brinco, saltó al interior del bolso de la mamá de Adrián y contentos pasearon por la ciudad en busca del contenedor. Cuando iban a cruzar una carretera volvieron a escuchar un lamento. Adrián tropezó con un cuaderno roto y manchado.
- ¿Por qué lloras, cuaderno?
- Hola, me llamo Libritina y lloro porque estoy aquí tirada en el suelo y no voy a poder reciclarme jamás.
- No llores, mujer. Mi mamá y yo estamos buscando un contenedor de reciclaje para nuestro amigo Botellín. Si nos dices cuál es tu contenedor te podemos llevar a ti también.
- ¡Estupendo! ¿Haríais eso por mí?
- Claro, hay que reciclar mujer.
- Pues bien, mira mi casa es azul. Allí es donde podrán recogerme para reciclarme y poder convertirme en un bonito libro o un periódico.
- Vale, pues no te preocupes. -dijo la mamá de Adrián. ven con nosotros que ayudaremos a llegar a tu casa.
Entonces Libretina saltó y se metió en el interior del bolso de la mamá de Adrián para llegar a los contenedores de reciclaje. Siguieron andando por la calle bien contentos de poder ayudar a sus nuevos amigos cuando Adrián volvió a tropezar con una bolsa de plástico rota.
-¡Cachis! Casi me caigo.
¡Perdona, perdona!- gritó la bolsa- Sé que este no es mi sitio, pero me han tirado aquí y ahora, además de poder provocar un accidente, no voy a poder reciclarme, no voy a poder reciclarme, con lo que me gustaría poder convertirme en un bonito banco de jardín o una valla del parque.
- Y, ¿cuál es tu nombre?- preguntó Adrián.
- Mi nombre es Plasticor.
- Bueno, Plasticor, mira, llevamos a unos amigos a reciclar. Si te quieres venir con nosotros y nos indicas cómo es tu casa, podríamos llevarte a ti también.
- ¡Oh! Eso sería estupendo. Veréis, mi casa es amarilla y sé que no muy lejos de aquí. Yo os podré guiar.
Adrián se agachó a recoger a Platicor del suelo cuando unos niños sucios que pasaban por allí empezaron a reírse de él.
- Mira ese niño, Antoñito. Le podemos llamar "el basurillas" porque va recogiendo toda la basura del suelo.
- ¡Sí! Es un basurero, ¡verdad, Pepito?Los dos, Antoñito y Pepito se rieron de Adrián y su madre, que estaba disgustada de ver la actitud de los niños, se acercó a ellos.
- ¡Oye! No es un basurilla. Adrián está haciendo un trabajo muy importante para el planeta que es reciclar.
- ¿Reciclar? ¡Vaya tontería! Da igual que la basura esté tirada en el suelo.
- De eso nada. -Les dijo Adrián- Si todos contaminamos las calles como vosotros y nadie lleva la basura a sus contenedores, el mundo se volverá un sitio sucio, feo y que huele mal, se convertirá en un basurero enorme. ¿Tú quieres vivir en un basurero?
- Pues, no, ¡claro que no!
- Pues si no quieres que el mundo se vuelva un sitio apestoso y sucio, vas a tener que reciclar, llevar cada cosa a su lugar.
- Tienes razón. A mí no me gustaría que todo estuviese manchado y maloliente.
- Pues ayúdanos a reciclar, verás como es divertido.
Adrián, Antoñito, Pepito y la mamá de Adrián llegaron al contenedor todos juntos, y cada uno sacó del interior del bolso de su madre todos los objetos que había que reciclar. Así, Antoñito metió la bolsa de plástico al contenedor amarillo.
-¡Gracias, chicos!- Gritaba Plasticor, mientras caía al interior.
Pepito metió a Libritina al contenedor azul.
-¡Muchísimas gracias a todos!
Y Adrián tiró a Botellín al contenedor verde.
- Bueno, Botellin, espero que finalmente seas feliz cuando te reciclen y te conviertas en un bonito jarrón como te gustaría.
- ¡Ojalá! Pero esto solo sucederá si gente como tú está dispuesta a colaborar y nos ayuda a llegar a la meta. Así que gracias a todos y espero verte dentro de poco en algún mercado cuando sea por fin un bonito florero.
- ¡Adiós, Botellín! ¡Que seas feliz!
Y tiró a Botellín al interior del contenedor verde.
José Luis Berenguer.
Puedes imprimir las fotos y colorearlas con lo que tú quieras. ¡Esperamos que te guste!.
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